FOSTER, HAROLD
En los dos años de aventuras que recoge este libro hay abundantes momentos que calan hondo en el lector: las dos crisis de espiritualidad por las que pasa Valiente, cuando se cree deshonrado tras hacer su juramento de servicio a un nuevo rey loco cuyas mazmorras y torturas quizá remiten a los campos de concentración de Adolf Hitler, y cuando horrorizado por su instante de salvajismo y su sed de venganza arroja al mar la Espada que Canta. No son los únicos momentos que ponen un nudo en la garganta: tampoco puede olvidarse el momento del descubrimiento del joven aprendiz de caballero muerto en el potro, ni la serena locura del patricio romano que espera inútilmente un regreso a la grandeza.