La mujer necesita que se hable y se escriba de ella y por ella misma, es decir, sin filtros «políticos» o partidistas que distorsionen la imagen. Está pidiendo a gritos que se la rescate del olvido de siglos, sin que esto suponga ningún tipo de lucha «armada» revanchista y por lo mismo estéril. En este tema no hay «enemigos», al menos de forma genérica. Hay lo que ha habido siempre, injusticias, silencios interesados, falta de reconocimiento, jerarquización de actividades profesionales con criterios puramente aparenciales y no sustanciales para el ser humano, etc. Rescatar a la mujer de ese olvido inútil ahí está la historia para desempolvarlo todo implica sacar a la luz, ayudada por los últimos criterios historiográficos, aspectos del entramado familiar social profesional que están en la cresta de la ola de la preocupación histórica actual. Y mira por donde, resulta que la mujer ha sido y es su protagonista indiscutida e indiscutible.