SANCHIS SINISTERRA, JOSE
Kafka en Escena. De entre las muchas paradojas que jalonan la vida y la obra de Franz Kafka, no es la menos significativa su relación con el teatro. Este constituye en efecto, una parcela mínima de su producción literaria: unos brevísimos esbozo perdidos de sus Diarios, un texto inacabado publicado por Max Brod con el título El guardián de la cripta y el manuscrito de una obra dramática quemado por el propio autor poco antes de su muerte. Y sin embargo, a pesar de lo escaso de estas tentativas dramatúrgicas, su obra ha ejercido una intensa fascinación sobre los hombres de teatro que, una y otra vez, han trasladado a la escena sus novelas, relatos, cartas e incluso diarios. Hablamos de la teatralidad de un teatro narrativo -en un sentido inmediato y convencional del término- cuando las situaciones evocadas por su trama, susceptibles de proyectarse en un marco espacio-temporal tendente a la estabilidad, se concretan en relaciones interpersonales caracterizadas por la conflictividad la progresividad, y manifestadas mediante la dialogicidad y la gestualidad. Tales rasgos, que exigirán una detallada explicación