UCLÉS, DAVID
EMILIO recuerda cómo entrevió a través de la piel translúcida de labarriga de su madre la réplica de Murillo que colgaba en el hospitalmadrileño donde nació. Se pregunta, desde dentro de un lienzo deMagritte, por qué al final del hilo rojo que ataron a su dedo meñiquetras nacer leyó entonces el nombre de un mes. OCTUBRE desconoce dedónde viene su nombre. Recuerda aquel primer amor al que besó debajode las faldas de una menina del Prado. Se pregunta dónde estará ahora, mientras bucea bajo las aguas de la laguna Estigia de Patinir. Hastaque los dos puedan llegar a amarse, planearán sombras de pájarosdecolorados, surgirán lágrimas de témpera de unos ojos cosidos, Europa se secará, tragará la tierra a un hombre moribundo y habrá quienatraviese corriendo un continente sin detenerse.