JOSE RAMON ALONSO DE LA TORRE
Suena la campana del reloj de la iglesia de San Mateo. Son las siete de la mañana y el peluquero Paquito Mena sube las escaleras que llevan hasta el despacho de Franco en el palacio de los Golfines de Arriba, donde su Estado Mayor apura su estrategia para aglutinar el mando único militar y la jefatura política del nuevo Estado en un solo hombre: el Caudillo. Mientras tanto, la ciudad extremeña se prepara para recibir la llegada de Carmen Polo de Franco, la esposa del Generalísimo, y más corresponsales de prensa extranjeros. Una doble aparición que pondrá en marcha un complejo mecanismo de censura de la vida social y militar que afectará a partes bélicos y chascarrillos por igual, pero también, todo revuelto, al espionaje y a las relaciones amorosas. Pues ¿no es siempre la verdad la primera derrotada en la guerra? Rafael seguirá jugando a varias bandas y publicando encubierto sus artículos tanto en la prensa republicana francesa como en la nazi y la nacional mientras, ante la inminencia del traslado del cuartel general franquista a Salamanca, a Teresa se le agota el tiempo para recabar información que