SENTO
El verano de 1936, Pablo Uriel, un joven de veintidós años recién licenciado en Medicina, empezaba ilusionado su andadura profesional y se enfrentaba a su primer destino como médico. En ese momento no podía ni imaginar que, de repente, su vida y la de todo el país se iba a convertir en una terrible pesadilla.
Los testimonios minúsculos, como el suyo, no suelen figurar en los grandes libros de Historia y acaban desapareciendo... Pero Sento se ha encargado de que, ochenta años después, la pequeña gran historia del doctor Uriel sea difícil de olvidar.